El problema no es de feminismo, el problema es de género.

El siglo XXI ha traído grandes avances para la humanidad. La tecnología cada vez es más inteligente. La ciencia es más precisa y humana; y han encontrado curas para enfermedades que se creían imposibles de tratar. Sin duda, un siglo que hace historia.

Sin embargo, entre tantos comportamientos que nos hacen involucionar, está el desconocimiento sobre la igualdad de género, su historia y sus luchas. Por eso creemos que el feminismo debe ser una batalla que peleemos todos.

Se han normalizado demasiados comportamientos que ponen superior al hombre sin razón alguna. Solo por poner un ejemplo cotidiano: la cuenta en un restaurante siempre se la entregan al hombre. Es decir, la misma cultura ha hecho que se subestimen algunas capacidades cognitivas, intelectuales y físicas de la mujer. Pero no hay hormonas para los atributos de una persona, ni para la inteligencia, ni la fuerza, ni la creatividad.

Tiene que existir un cambio en la educación de las siguientes generaciones. Es aquí donde radica el verdadera transformación, porque la cultura no hace la gente. La gente hace la cultura. Ahora somos conscientes que hay un problema con la igualdad de género y tenemos que solucionarlo.

Todo esto lo cuestiona Chimamanda Ngozi Adichie una mujer ejemplo para la humanidad, que con sus luchas mundiales sobre feminismo, pide que comencemos a soñar y planificar un mundo diferente, un mundo más justo, de mujeres y hombres más felices y auténticos.